Plan de Igualdad. CEIP Francisco de Velasco. Baza.
viernes, 31 de octubre de 2014
¿ACABAMOS CON EL LENGUAJE SEXISTA?
La Lupa Violeta es un proyecto cuyo objetivo principal es la detección de términos con índole sexista en los documentos generados mediante MS Word.
Se trata de una herramienta para facilitar la utilización del lenguaje no sexista, diseñada para ser instalada directamente en los documentos de Word, de manera que se pueda recurrir a ella siempre que se necesite.
La Lupa Violeta identificará los términos que pueden tener una utilización sexista y propondrá diferentes sugerencias para una mejor adecuación del lenguaje. Del mismo modo incluye información relevante y didáctica que será de utilidad en su uso.
Si haces click en la imagen accederás ala página principal de la aplicación.
viernes, 24 de octubre de 2014
lunes, 20 de octubre de 2014
MALALA YOUSAFZAY
Malala Yousafzay junto con Kailash SatyarThi ha recibido el Premio Nobel de la Paz 2014.
Malala adquirió renombre por defender el derecho a la educación de las mujeres en Pakistán y sufrir un feroz ataque de manos de un grupo talibán que la tuvo al borde de la muerte. Hoy vive en Inglaterra y asoma como una de las líderes políticas del futuro.
Si quieres saber más de Malala pincha en la imagen.
lunes, 6 de octubre de 2014
VÍCTIMA DE GÉNERO
miércoles, 1 de octubre de 2014
GRACIAS
Desde la Coordinación quiero agradeceros a todos y todas, alumnado y profesorado, vuestra participación y trabajo en este Día.
"ABUELO Y NIETO". UN CUENTO PARA REFLEXIONAR
Había una vez un pobre anciano sordo, casi ciego y que apenas podía tenerse sobre sus temblorosos pies. Le temblaban también las manos, y al comer en la mesa derramaba a veces la sopa sobre los manteles.
Su nuera y su mismo hijo estaban muy disgustados con esto, y al fin resolvieron encerrarle en un cuarto, donde le daban de comer en una vieja escudilla de barro.
Entristecíase el anciano con este proceder de sus hijos, y lloraba algunas veces; pero sufría su desgracia sin replicar.
Un día se le cayó la escudilla de barro de entre las manos, cada vez más temblorosas y débiles, y se hizo pedazos en el suelo. Entonces le compraron una tosca escudilla de madera, y en ella le daban la comida.
Los esposos que así trataban al triste padre tenían un hijo de cuatro años, y un día le vieron muy afanado tratando de ahuecar un trozo de madera, al que había redondeado ya por el exterior dándole toscamente la forma de una escudilla.
–¿Qué haces ahí?–le preguntó su padre.
–Hago un comedero para ti y para mamá para cuando seáis viejos.
Miráronse marido y mujer, primero sorprendidos y después avergonzados de lo que habían hecho. Lloraron después, con gran asombro del niño que no podía comprenderlos, y desde aquel día volvieron a comer en compañía del anciano y le trataron con la debida consideración.
LAS ARRUGAS
Un pequeño homenaje a los abuelos y abuelas que siempre están dispuestos/as a pasar el tiempo con los niños/as.
Era un día soleado de otoño la primera vez que Bárbara se fijó en que el abuelo tenía muchísimas arrugas, no sólo en la cara, sino por todas partes.
- Abuelo, deberías darte crema de mamá para las arrugas.
El abuelo sonrió y un montón de arrugas aparecieron en su cara.
- ¿Lo ves? Tienes demasiadas arrugas.
- Ya lo sé Bárbara. Es que soy un poco viejo... Pero no quiero perder ni una sola de mis arrugas. Debajo de cada una guardo el recuerdo de algo que aprendí.
A Bárbara se le abrieron los ojos como si hubiera descubierto un tesoro, y así los mantuvo mientras el abuelo le enseñaba la arruga en la que guardaba el día que aprendió que era mejor perdonar que guardar rencor, o aquella otra que decía que escuchar era mejor que hablar, esa otra enorme que mostraba que es mas importante dar que recibir o una muy escondida que decía que no había nada mejor que pasar el tiempo con los niños y niñas...
Desde aquel día, a Bárbara su abuelo le parecía cada día más guapo, y con cada arruga que aparecía en su rostro, la niña acudía corriendo para ver qué nueva lección había aprendido. Hasta que en una de aquellas charlas, fue su abuelo quien descubrió una pequeña arruga en el cuello de la niña.
- Y tú, ¿qué lección guardas ahí?
Barbara se quedó pensando un momento. Luego sonrió y dijo...
- Que no importa lo viejito que llegues a ser abuelo, porque...¡te quiero!
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