Plan de Igualdad. CEIP Francisco de Velasco. Baza.

domingo, 3 de mayo de 2015

DÍA DE LA MADRE

- POESÍA:

Mi regalo para mamá

Le regalo a mi mamá
una sonrisa de plata
que es la que alumbra mi cara
cuando de noche me tapa.

Le regalo a mi mamá
una caperuza roja
por contarme tantas veces
el cuento que se me antoja.

Le regalo a mi mamá
una colonia fresquita
por no soltarme la mano
cuando me duele la tripa.

Le regalo a mi mamá
una armadura amarilla
que la proteja del monstruo
que espanta en mis pesadillas.

Le regalo a mi mamá
el lenguaje de los duendes
por entender lo que digo
cuando nadie más lo entiende.

Le regalo a mi mamá
una chistera de mago
en la que quepan mis besos
envueltos para regalo.

Juan Guinea Díaz

- CUENTO: 

Una mamá nueva para Kiko

  Kiko tiene cuatro años y últimamente está un poco descontento con su mamá: le riñe mucho y le castiga ¡Kiko come!, ¡Kiko a dormir!, ¡Kiko por aquí!, ¡Kiko por allá!. Entonces fue a hablar con ella y juntos decidieron salir al parque a buscar entre los dos una nueva mamá para él.
     Se sentaron en un banco y mamita (como la llamaba Kiko) le fue diciendo:
-Aquella mamá parece buena-.   Señalando una señora sentada en otro banco.
-No mamita, es demasiado tranquila, no se ha movido nada en todo el rato- dijo Kiko.
-¿Y ésta de aquí que juega con los niños?- le indicó mamita.
-¡Es muy pesada!, no deja a los niños solos ni un momentito.
-A mí me gusta la de aquel grupo de mamás-  señaló mamita.
-¡Muy charlatana! ¡No para de hablar! seguro que se olvidaría de mí.
     Así fueron repasando todas las señoras que pasaban por allí: demasiado alta, muy baja, muy gorda, muy delgada...
     Como no se pusieron de acuerdo volvieron a casa andando y durante el paseo Kiko dijo:
-¡Sabes mamita!, me parece que no voy a cambiar de mamá, pues nunca encontraría una mamá tan buena, tan guapa y tan...tan...¡mamita como tú!.
     Mamita sonreía y pensaba en lo mucho que quería a su hijo y Kiko. Con una gran sonrisa, pensaba que la suya era la mejor mamá del "MUNDO MUNDIAL".
     Y cogidos de la mano, Kiko regresó a su casa con su mamita comiendo helado, como siempre, como tenía que ser. Porque como siempre se ha dicho "Mamá no hay más que una y no la cambiaríamos por nada en el mundo".

- VÍDEO:




¡¡¡FELICIDADES MAMÁ!!!

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